viernes, 20 de enero de 2023

EL FORMALISMO DE RODRIGO HERNÁNDEZ EN EL MUSEO DE ARTE MODERNO DE MEDELLÍN

 “Despojadas de todas sus implicaciones contextuales, las obras aparecen como objetos autónomos, que hablan (y de los que se habla) en su propia lengua, que siguen sus propias reglas gramaticales y poseen su propia historia, así como un metalenguaje y una metahistoria independientes. Este nuevo lenguaje del objeto de arte —realidad mítica secundaria, según la definición de Roland Barthes— debería leerse con la herramienta adecuada: la crítica ideológica .”

Benjamin H. D. Buchloh.


Rodrigo Hernández, El Espejo, detalle de la exposición en el Museo de Arte Moderno de Medellín.  Cortesía: MAMM.

Rodrigo Hernández, El Espejo, detalle de la exposición en el Museo de Arte Moderno de Medellín. I


Varios han sido los filósofos que han ofrecido sus enunciados sobre el formalismo, entre ellos el filósofo y profesor Nick Zangwill (1957), quien ha definido el formalismo como una referencia sobre aquellas obras “que están determinadas únicamente por propiedades sensoriales o físicas, siempre que las propiedades físicas en cuestión no sean relaciones con otras cosas y otros tiempos.” [i] No obstante, para Zangwill, el formalismo podría identificarse a partir de tres clases dentro de las cuales encontramos en primer lugar, un formalismo extremo, donde se sitúan todos aquellos que piensan “que todas las obras de arte son obras puramente formales, donde una obra es puramente formal si todas sus propiedades estéticas son propiedades estéticas formales. [ii]
En segundo lugar, Zangwill define a los  antiformalistas como aquellos que no piensan que las obras de arte tienen propiedades estéticas formales”. Finalmente, el tercer tipo de identificación es mucho más representativo a la transición filosófica de la estética del siglo XXI, y es el del formalismo moderado , basado en el principio de que, […] todas las propiedades estéticas de las obras de arte en una clase selecta son formales, y segundo, que, aunque muchas obras de arte fuera de esa clase tienen propiedades estéticas no formales, muchas de esas obras también tienen importantes propiedades estéticas formales que no deben ignorarse
[iii] 

Este último tipo de identificación podríamos entenderlo como lo que el filósofo ha llamado un “formalismo estético viable”, con el cual, se propone concebir que hay mucho de acertado en el formalismo si entendemos que los valores estéticos no formales que poseen las obras de arte, se relacionan específicamente con esos valores estéticos formales, así como con otros aspectos de la obra. 



Justo sobre esta noción de formalismo que podemos ubicar el trabajo de Rodrigo Hernández (Ciudad de México, 1983), quien presenta en el Museo de Arte Moderno de Medellín (MAMM), la exposición El Espejo; una envolvente y seductora muestra donde el círculo es tomado como punto de partida para llevar a cabo una reflexión donde dicha figura geométrica ha sido revisada más allá de sus interpretaciones formales, y esto lo ha desarrollado desde una propuesta espacial que se configuró a partir del encuentro entre dos personajes que trabajaron el círculo, desde reflexiones y disciplinas distintas.

En 1969, el arquitecto y diseñador danés Verner Panton (1926-1998), fue invitado a remodelar distintos espacios del periódico alemán Der Spiegel (El Espejo); cuyo nombre ha sido retomado para titular esta exposición. Durante dicha reforma, el arquitecto propuso un proyecto lleno de elementos y protuberancias con formas geométricas que trazaban todas las estructuras de los diferentes espacios del lugar, explorando innumerables posibilidades creativas “que aportaban al diseño materiales como el acrílico y la fibra de vidrio, tanto en su manera de moldearse como en los colores y formas que podían conseguirse con ellos.”[iv] Posteriormente, Antonio Grass (1937), publicó en 1972 el libro Diseño precolombino colombiano: El círculo, en el que recopiló distintas aproximaciones, diseños, e íconos sobre el círculo y la circunferencia como imagen localizada en representaciones de todas las zonas arqueológicas de lo que es hoy Colombia: la tairona, la muisca, la tolima, la quimbaya, la calima y la sinú. Así, a ambos pensadores los uniría aquella forma y tema particular y es justamente esta figura la que toma protagonismo en la intervención espacial que nos podemos encontrar en la Sala C del Museo de Arte Moderno de Medellín.




Con la curaduría de Emiliano Valdés, El Espejo se nos presenta como una impactante intervención envolvente donde el artista recurre a intervenir la totalidad de los muros del espacio que contienen pequeños círculos negros sobre los cuales dispone una serie de relieves escultóricos producidos durante una residencia de investigación en el MAMM; con ello se propone “conjurar la posibilidad del encuentro entre dos personajes, disímiles a la vez que reales, Verner Panton y Antonio Grass, y sugerir al visitante una escena en la que se desdibujan los límites entre lo pictórico y lo escultórico o entre ficción y realidad.”[v] A su vez, la muestra nos deja más que evidente que el formalismo, si es que así nos permitimos llamarlo, tal y como lo enuncia Nick Zangwill, es una de las morfologías más acertadas del arte, en tanto que, no solo nos lleva a vivir como espectadores una experiencia estética mucho más reconfortante y cercana a los propósitos que devienen específicamente de cualidades como la creatividad y la sensibilidad; sino que la polémica frase de Clive Bell “Para apreciar una obra de arte, necesitamos estar provistos únicamente de sentido de la forma y el color y de conocimiento del espacio tridimensional”[vi], puede ser rotundamente justa, si de ella extraemos el adverbio “únicamente”, con lo cual, tendríamos una sentencia bastante certera del arte: 

“Para apreciar una obra de arte, necesitamos estar provistos de sentido de la forma y el color, y de conocimiento del espacio tridimensional”.

Sobre lo anterior escribe Zangwill que ojalá Bell hubiera presentado esto como una condición necesaria, en lugar de como una condición suficiente para la apreciación de las obras.




El Espejo de Rodrigo Hernández es una exposición refrescante frente a la saturación imperante del arte socialmente comprometido pero formalmente descuidado. Además, la exposición propone una buena lección sobre la construcción indicial (sic), de la imagen que es reflejada en un vocabulario surgido de la cultura visual de la iconografía mesoamericana hasta el develamiento mismo de las formas de producción del arte contemporáneo; una lección sobre la pintura y la escultura en el campo expandido, sobre los proyectos site-specific donde el medio pictórico se vuelve instalativo en tanto su magnitud y extensión con relación al espacio, y una lección sobre la ambivalencia de las esculturas de pared que discurren los límites de la bidimensionalidad y la tridimensionalidad, desplegados en un campo visual seductor que evidencia, no solo el exquisito cuidado formal en la obra, sino la coherencia en la disposición del artista para realizar investigaciones orientadas a dar un contexto específico a cada exposición.


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[i]  Nick Zangwill, La metafísica de la belleza (Ithaca, NY: Cornell University Press, 2001), p. 56.
[ii] Ibidem, Zangwill, p. 84.
[iii] Ídem.
[iv] Texto sobre la exposición que aparece en la página oficial del MAMM. Recuperado de: https://www.elmamm.org/Exposiciones/Exposiciones-Pasadas/Id/1652
[v] Ídem.
[vi] Clive Bell, Art¸ p. 37.


 

domingo, 1 de enero de 2023

MULIER, MULIERIS: Arte con perspectiva de género en el Museo de la Universidad de Alicante

 


El Museo de la Universidad de Alicante-España, inauguró la exposición de Artes Visuales Mulier, mulieris 2022, que celebró su versión número 14, en la cual se destacaron las propuestas de 14 mujeres y 4 hombres, procedentes de geografías diversas que desarrollan sus trabajos a partir de múltiples medios técnicos y contenidos conceptuales en relación con temas que revisan los roles de género y el papel de las mujeres en el mundo. Así, a través de pinturas, fotografías, carteles, collages, vídeos y piezas escultóricas se propusieron reflexiones agudas sobre realidades complejas en nuestras sociedades como los roles de las mujeres, tanto en los espacios domésticos como en los campos profesionales, la maternidad y la oportunidad de elección frente a este derecho que encarna debates con tintes políticos y biológicos, las diferentes violencias ejercidas sobre los cuerpos, o la opresión aún en un mundo que se dice evolucionado. “Un recorrido por las 16 propuestas seleccionadas en esta 14ª edición de la convocatoria nos enfrenta a las preocupaciones, retos y anhelos a los que aspira toda sociedad libre, justa e igualitaria”.

Sobre esto, valdría la pena recordar que en 1979 se firmó y se ratificó la “Carta de derechos de las mujeres” de La Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (Committee on the Elimination of Discrimination against Women; CEDAW, por sus siglas en inglés), que exige a los países a fomentar la implementación de medidas concretas para el progreso de las mujeres, incluyendo eliminar toda discriminación en la vida política y pública. Así, se define discriminación como: “cualquier distinción, exclusión o restricción hecha con base en el sexo que tenga el efecto o propósito de disminuir o nulificar el reconocimiento, goce y ejercicio de derechos por parte de las mujeres, independientemente de su estado civil, sobre la base de igualdad del hombre y la mujer, de los derechos humanos y libertades fundamentales en las esferas política, económica, social, cultural, civil o en cualquier otra esfera”.



El evento Mulier, mulieris que se ha desarrollado cada año a partir del 2007, nació con el propósito de hacer un balance sobre las diferentes reflexiones y debates abiertos en materia de género que hacen parte de los contenidos particulares de una serie de artistas en el mundo, pero también se ha realizado para evidenciar todo el trabajo que aún queda por hacer en relación con estos temas. Según las palabras de sus organizadores:

La Convocatoria de Artes Visuales, mulier, mulieris nace con la voluntad de propiciar la reflexión artística sobre las mujeres y su contexto histórico, artístico y social. Su vocación es plural y está abierta a artistas de cualquier sexo, edad y nacionalidad que centren sus investigaciones plásticas en la búsqueda de nuevos imaginarios femeninos que contribuyan a rescatar el legado de las mujeres, ahonden en cuestiones identitarias o visibilicen problemáticas como la discriminación, la violencia de género o las exigencias en ámbitos como la belleza, los cuidados o el trabajo. Varias son las creaciones que rescatan la herencia femenina y evidencian la invisibilidad a la que se ha sometido a las mujeres en contextos como la creación artística, la guerra, el trabajo doméstico o la presencia en la vida pública. Otras piezas ahondan en las múltiples formas de violencia que se pueden ejercer hacia las mujeres, desde la verbal a la económica, la física o la sexual. El tema de la maternidad es abordado desde distintas ópticas que pasan por el deseo y la imposibilidad de ser madre, la decisión personal de no serlo o el polémico asunto de la gestación subrogada. Otras cuestiones como el consentimiento, las imposiciones estéticas o religiosas, los estereotipos sexistas o la identificación de la mujer con la naturaleza, completan una muestra singular que nos permite enfrentarnos a nuevas formas de mirar y comprender la realidad que nos envuelve.

 


Sin duda, una de las formas de violencia más conocidas ha sido la poca visibilidad e integridad de las mujeres en espacios públicos y académicos dónde han podido participar activamente. Mulier, mulieris, podemos entenderla entonces como un importante diagnóstico sobre la situación de las mujeres y los hombres en un determinado contexto, sea político, religioso, social o cultural. Finalmente, vale la pena recordar que, si los museos expresan valores e ideologías aceptadas desde sus productos culturales, es una responsabilidad de estas instituciones fomentar valores que respondan hacia el equilibro de la visibilidad de las mujeres como creadoras y agentes potenciales de un gremio que muchas veces sigue dominado por el poder patriarcal.

Artistas participantes de la versión 2022: Carlos Balsalobre, Virginia Calvo, Ana Casanova, Bárbara Fernández Abad, Susana Guerrero, Mario-Paul Martínez, Vicente J. Pérez, Rocío Kunst, Gloria Lapeña, Mari la Sosa, María Mas, Eva Mauricio, Ana Maya León, Juan F. Navarro, Úrsula Ochoa, Alicia Palacios-Ferri, María Reig y Sara Vicente.


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