sábado, 30 de junio de 2012

PANDEMIA HIPERREALISTA:

(La enfermedad del artista emergente)

Se entiende el hiperrealismo en términos del arte como una tendencia “radical” que deriva de la pintura y el dibujo realista y que fue surgida en Estados Unidos a finales de los años 60. Esta es una tendencia que propone reproducir la realidad con más fidelidad y objetividad que la fotografía. A veces es confundida con el fotorrealismo que dicen, los que dicen que saben, que es "menos radical". Esta modalidad de dibujo y pintura (porque aquí no hay escultura y menos hiperrealista) ha sido adoptada por algunos artistas emergentes de nuestra ciudad y la razón es que sugirió como un comodín tan eficaz y rápido a la hora de justificar una propuesta, que no nos queda la menor duda de que en realidad la fórmula funciona. Basta con visitar las exposiciones de pequeños formatos, las subastas de arte y ornamentación, las galerías que cobijan nuevos artistas, los concursos y demás, para enfrentarse a la notable presencia técnicamente correcta, pero carente en absoluto de contenido de un sinnúmero de dibujos y pinturas que revelan además del virtuosismo y el ta-lento, la carencia de pensamiento, la falta de fondo y de reflexión que plantea el trabajo de algunos nuevos creadores, donde todo y nada nos parece aceptable siempre y cuando siga siendo agradable a la vista. 

La pobreza de pensamiento trae como consecuencia ver a todos estos dibujantes y pintores apoyando sus discursos en la nada, porque la técnica lo es todo, así, aparecen entonces dibujos de animales, de rostros, de gente con gente, gente en espacios imaginarios, mímesis de plantas, mímesis de tubos, puertas o texturas o lo que sea que se pueda representar, de nuevo. Esta actitud desprovista de reflexión y enfocada en los aspectos técnicos se bautizará en la modernidad como “el arte por el arte” es decir, la forma es el contenido, no el contenido precede a la forma. Ya Danto lo advirtió cuando afirmaba que «moderno» no es simplemente un concepto tem­poral que significa «lo más reciente», tampoco «contemporáneo» es meramen­te un término temporal que significa "cualquier cosa que tenga lugar en el presente” el arte contemporáneo no es simplemente el arte moderno que se está haciendo ahora… existen también artistas modernos en nuestra época que apenas emergen. Así, nuestros artista modernos, justificarán que cualquier cosa servirá de excusa para hacer una buena pintura o en otros casos un buen dibujo.
De esta ideología no son ni culpables los artistas, ni el hiperrealismo o realismo fotográfico por existir como tendencia y como medio, pues debo recordar buenos nombres que se disciplinaron en este propósito, Ron Mueck indiscutiblemente magnífico con sus hipérboles humanas en escultura, Richard Este con sus magnificencias citadinas, recordándome un poco al ejercicio que realiza el artista local Nadir Figueroa quien ha demostrado disciplina y constancia, y más cercano a nosotros lo hizo el artista Santiago Cárdenas con sus tableros y ganchos. Sin embargo, el problema radica en la fácil aceptación por parte de maestros, asesores y jurados al aprobar trabajos sin fundamentos, un tanto banales, que no harán en el panorama del arte otra cosa que servir como decorado de apartamentos o lofts de "la buena gente", de galerías y de uno que otro museo que desee algo “nuevo y refrescante” para su colección.

Ron Mueck en su estudio.

El autoengaño es más peligroso que el “fracaso”, el autoengaño en la mayoría de estos artistas radica en el pensamiento poco profundo de creer que las ventas son termómetro del éxito, cayendo en la trampa de la banalidad, la falta de fuerza y la tendencia al ornamento carente de aportes.

Si juzgáramos el mercado del arte en nuestro país y de acuerdo a esto determinamos qué es el medio artístico y quiénes son los agentes interesados en “buen arte”, llegaríamos a la conclusión de que casi no tenemos arte y tampoco deseamos hacer nada al respecto, de que aquí tenemos muchos dibujantes o pintores más no tenemos a muchos artistas, de que en Colombia la gente confunde tener "buen gusto" con tener el ojo entrenado y no hay muchos criterios que nos adviertan en las ferias o subastas sobre lo que no es arte y, por lo tanto, si y solo si compran hiperrealismo o lo que se le parezca teniendo en cuenta además que hay unos más virtuosos que otros y cuando los aglomeran en una misma exhibición podemos diferenciar los buenos de los mejores.


Richard Este

Finalmente, cabe preguntarse entonces ¿Qué hace un artista que enfoca su obra en la dinámica hiperrealista, además de ser un buen hiperrealista? Dejo esta pregunta abierta y cada artista que defienda su talento haga y piense lo que quiera. Si la respuesta es: hago hiperrealismo, diste en el clavo, ¡estás en lo correcto!



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