lunes, 5 de mayo de 2014

Una pequeña nota acerca de CONTRAEXPEDICIONES

Ayer, un "domingo de museo", no de fútbol, por lo menos no para mi, me dispuse a realizar una tarea que por razones de tiempo y obligaciones no había podido realizar. Ver la exposición CONTRAEXPEDICIONES que se encuentra en este momento en el Museo de Antioquia.
Cabe mencionar que, no tenía mucha expectativa respecto a esta muestra, dado que los ejes curatoriales giran en torno a problemáticas que no tocan demasiado mi interés, sobre todo porque presiento que se exploran formalmente de maneras repetitivas y aburridas. Sin embargo, sé que son necesarias revisar.

Como esto consiste en una nota rápida trataré de ser breve:

-Primer gran desconcierto, la museografía: Las salas están atiborradas con obras en exceso, la museografía es sucia, no hay espacio entre las propuestas, pero tampoco hay un diálogo coherente entre ellas. Entrar a la sala donde se encuentran las bolsas de heno de Salcedo es desastroso, hay una saturación con obras que incluso podrían ser prescindibles de la muestra. Pareciese que había un afán por “montar a todos” donde fuera. Curiosamente, hay espacios más limpios que otros y hay más aciertos con algunas propuestas. Con otras hay un total desastre… El arrume de tierra… No!
-Encontré, como era de esperarse, muchísimas formalizaciones que parten de la documentación y el registro, es decir, fotos y fotos y fotos y fotos y fotos de la misma marginalidad, casas, campos y personajes dispuestos formalmente con los mismos gestos artísticos de esos que uno ve mucho en el Colombo Americano. (Es normal al estar Juan Alberto como co-curador de la muestra); fotos de salidas de campo e investigaciones que solo se quedan en el registro documentativo. Yo vuelvo y afirmo: "El problema no es justamente que el arte sea social, la responsabilidad de una mala propuesta radica en el individuo, en el agente responsable de la creación, no en su propósito, no en su finalidad, no en el medio, no en el material, no en el tema. La primera ocupación del artista debe ser con la obra misma, es decir, con el arte”.
-Otro aspecto curioso, el desequilibrio respecto al protagonismo de algunos artistas en relación con otros es evidente, algunas obras se ven ahogadas y otras son las reinas del show.
 -La división de los espacios con telas negras o paredes falsas que además poseen espacios a modo de “ventana” como la que se encuentra al lado de la obra de Libia Posada, me dejaron algo incómoda.
-Lo que me ha parecido interesante: Las intervenciones de Sara Herrera conectan de una manera bella toda la exposición, la fotografía de Camilo Echavarría de la serie “Paisajes Ilustrados” que se encuentra en el primer piso en la sala temporal Norte me dejó perpleja, es hermosa, aun si “abusó” demasiado del retoque, para mí es maravillosa, una fotografía que tiene más un carácter pictórico que fotográfico. La obra de Gabriel Botero “Historias de un ingenio inútil” también ha sido una de las obras que ha llamado mi atención, al igual que las obras de los artistas: Víctor Muñoz con sus caracoles y la relación que  hace de estos curiosos animales y la migración, la obra de Juan Esteban Sandoval es absolutamente bien lograda tanto formalmente como todo el proyecto que esconde detrás de esta, las figuritas de Ethel Guilmour adorables, el trabajo de Julián Urrego acerca del mito del dragón en el viejo peñol, interesante y con una formalización sencilla, pero clara, el trabajo del colectivo AGROARTE, muy bello desde todo lo que proponen, al igual que el trabajo del artista Juan Vélez, con los grupos colectivos y sus intervenciones en diferentes puntos de la ciudad.   Se me escapa de esta lista un artista que recuerdo es de Brasil, con una obra que me produjo mucho interés, se trata de tres proyecciones de video en las cuales aparecen un pez en ahogo, una mano que lucha contra un cangrejo y otras escenas que me han impactado.
Para concluir, y retomando un párrafo de otro de mis textos: “el arte es una cosa que se cumple en una forma, no en cualquier forma ni de cualquier forma”, afirmaba Ramón Mayrata. Cuando el artista se soporta de un fenómeno social para formalizar su propuesta, en muchas ocasiones el trabajo no llega a condensarse en una obra de arte como tal, en tanto, ésta, tiende a diluirse en solo una experiencia de artisticidad; en consecuencia, el resultado puede ser: grato, útil, simpático, conmovedor, reivindicativo, interesante o hermoso y puede proponer una actividad creadora, pero no resulta una creación. 







No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entradas populares