Ayer, un "domingo
de museo", no de fútbol, por lo menos no para mi, me dispuse a realizar una tarea que por razones de tiempo y
obligaciones no había podido realizar. Ver la exposición CONTRAEXPEDICIONES que
se encuentra en este momento en el Museo de Antioquia.
Cabe mencionar
que, no tenía mucha expectativa respecto a esta muestra, dado que los ejes curatoriales
giran en torno a problemáticas que no tocan demasiado mi interés, sobre todo
porque presiento que se exploran formalmente de maneras repetitivas y aburridas. Sin embargo, sé que son necesarias revisar.
Como esto
consiste en una nota rápida trataré de ser breve:
-Primer gran
desconcierto, la museografía: Las salas están atiborradas con obras en exceso, la
museografía es sucia, no hay espacio entre las propuestas, pero tampoco hay un
diálogo coherente entre ellas. Entrar a la sala donde se encuentran las bolsas
de heno de Salcedo es desastroso, hay una saturación con obras que incluso
podrían ser prescindibles de la muestra. Pareciese que había un afán por “montar
a todos” donde fuera. Curiosamente, hay espacios más limpios que otros y hay más
aciertos con algunas propuestas. Con otras hay un total desastre… El arrume de
tierra… No!
-Encontré, como
era de esperarse, muchísimas formalizaciones que parten de la documentación y el registro, es
decir, fotos y fotos y fotos y fotos y fotos de la misma marginalidad, casas, campos y personajes dispuestos formalmente con los mismos gestos artísticos de esos que uno ve mucho en el
Colombo Americano. (Es normal al estar Juan Alberto como co-curador de la muestra); fotos de
salidas de campo e investigaciones que solo se quedan en el registro
documentativo. Yo vuelvo y afirmo: "El problema no es justamente que el arte
sea social, la responsabilidad de una mala propuesta radica en el individuo, en
el agente responsable de la creación, no en su propósito, no en su finalidad,
no en el medio, no en el material, no en el tema. La primera ocupación del
artista debe ser con la obra misma, es decir, con el arte”.
-Otro aspecto
curioso, el desequilibrio respecto al protagonismo de algunos artistas en relación con otros es evidente, algunas obras se ven ahogadas y otras son las reinas del show.
-La división de los espacios con telas negras o paredes falsas que además poseen espacios a modo de “ventana” como la que
se encuentra al lado de la obra de Libia Posada, me dejaron algo incómoda.
-Lo que me ha
parecido interesante: Las intervenciones de Sara Herrera conectan de una manera
bella toda la exposición, la fotografía de Camilo Echavarría de la serie “Paisajes
Ilustrados” que se encuentra en el primer piso en la sala temporal Norte me
dejó perpleja, es hermosa, aun si “abusó” demasiado del retoque, para mí es maravillosa, una fotografía que tiene más un carácter pictórico
que fotográfico. La obra de Gabriel
Botero “Historias de un ingenio inútil” también ha sido una de las obras que ha
llamado mi atención, al igual que las obras de los artistas: Víctor Muñoz con
sus caracoles y la relación que hace de estos curiosos animales y la
migración, la obra de Juan Esteban Sandoval es absolutamente bien lograda tanto formalmente como todo el proyecto que esconde detrás de esta, las figuritas de Ethel Guilmour adorables, el trabajo de Julián Urrego acerca del mito del dragón en el viejo peñol, interesante y con una formalización sencilla, pero clara, el trabajo del colectivo AGROARTE, muy bello desde todo lo que proponen, al igual que el trabajo del artista Juan Vélez, con los grupos colectivos y sus intervenciones en diferentes puntos de la ciudad. Se me escapa de esta lista un artista que recuerdo es de Brasil, con una obra que me produjo mucho interés, se trata de tres proyecciones de video en las cuales aparecen un pez en ahogo, una mano que lucha contra un cangrejo y otras escenas que me han impactado.
Para concluir, y retomando un párrafo de otro de mis textos: “el arte es una cosa que se cumple en una forma, no en cualquier forma ni de cualquier forma”, afirmaba Ramón Mayrata. Cuando el artista se soporta de un fenómeno social para formalizar su propuesta, en muchas ocasiones el trabajo no llega a condensarse en una obra de arte como tal, en tanto, ésta, tiende a diluirse en solo una experiencia de artisticidad; en consecuencia, el resultado puede ser: grato, útil, simpático, conmovedor, reivindicativo, interesante o hermoso y puede proponer una actividad creadora, pero no resulta una creación.
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