“El hombre es un ser entre
abierto”, afirmó Gaston Bachelard, “el artista usa sus grietas para revelar su
interior y conectarlo con el mundo a través de su obra”. Sebastián Restrepo presenta para el XIV Salón
Regional de Artistas la obra ‘Láquesis o Décima; Diez oh fortuna’: 34 pinturas
sobre madera en pequeño formato y dos antiguos billetes de 50 pesos enmarcados
en un tamaño similar. En total 35 piezas dispuestas sobre una estructura
circular que nos recuerda las mesas de casino.
El conjunto de imágenes se compone de fragmentos que se extraen de retratos familiares, figuras religiosas donde prima la imagen de la virgen dolorosa, cartas de naipe, fichas de juego, un corazón con un puñal, los dos billetes de 50 pesos, de nuevo los retratos, de nuevo la virgen, de nuevo los naipes; todo se repite insistentemente por el lúcido gesto formal de que la mesa y la ubicación de las piezas no poseen principio ni fin. La circularidad advierte que la historia se reitera, que todo es cíclico. “El mundo es un círculo que ya se ha repetido una infinidad de veces y que se seguirá repitiendo ad infinitum”, una frase nietzscheana que ilustra algo de lo que Restrepo podría manifestar a través de este trabajo presentado para el Salón Regional.
El conjunto de imágenes se compone de fragmentos que se extraen de retratos familiares, figuras religiosas donde prima la imagen de la virgen dolorosa, cartas de naipe, fichas de juego, un corazón con un puñal, los dos billetes de 50 pesos, de nuevo los retratos, de nuevo la virgen, de nuevo los naipes; todo se repite insistentemente por el lúcido gesto formal de que la mesa y la ubicación de las piezas no poseen principio ni fin. La circularidad advierte que la historia se reitera, que todo es cíclico. “El mundo es un círculo que ya se ha repetido una infinidad de veces y que se seguirá repitiendo ad infinitum”, una frase nietzscheana que ilustra algo de lo que Restrepo podría manifestar a través de este trabajo presentado para el Salón Regional.
Partiendo del hallazgo de una nota
de prensa que incluía la fotografía postmortem de su abuelo paterno, el artista
construye una serie de asociaciones particulares desde lo anecdótico, en una
cosmogonía sugerente y alertante. El recorte hace parte de un periódico de los
años 50’, época de extrema vulnerabilidad política, donde la violencia en
Medellín arrasaba los sectores más populares. La pintura de la virgen es una de
las imágenes que con mayor insistencia se inserta dentro de nuestro imaginario
y abre una senda para que el artista traslade lo personal a la esfera de
lo colectivo, enmarcando sus imágenes
estratégicamente en la trágica realidad de una época. La enigmática pieza
establece conexiones que permiten elaborar cierta genealogía de la “intimidad”
a través de sus representaciones pictóricas. Definiendo intimidad en este
sentido: lo íntimo no es aquí “lo privado”, pero lo presupone. Propongo que lo
pensemos más como una actividad vivencial reflejada, es decir, lo que
constituye al individuo desde su experiencia: aquí el artista ordena, extrae,
selecciona signos y encuentra salida a su vivencia mediante un código empleado
que es el que genera realmente el mensaje.
Friedrich Nietzsche
afirmó que nuestro mundo interior es fenómeno, es decir, es el aspecto que las
cosas ofrecen ante nuestros sentidos, o lo que denominamos experiencia. “La
experiencia interior no aparece en la conciencia sino una vez encontrado
cierto lenguaje que el individuo pueda comprender”. De esta manera, una obra de
arte podría contribuir a la construcción del sujeto histórico en el sentido de
que el hombre se reconoce en su contexto, obedeciendo a la aprehensión de un
lenguaje. Restrepo lo intenta y logra
varios aciertos. Su estrategia se resuelve a través de tres recursos de
visibilización recurrentes en el trabajo de gran cantidad de artistas: el
exhibicionismo, en tanto exponer en público aspectos netamente familiares y
personales de forma espontánea y excesiva, generando una especie de espectador
voyeur.
Un segundo recurso es la presencia de la obra artística a través de entornos y objetos de fuerte resonancia connotativa: cartas, fotos, objetos evocativos de recuerdos, objetos fetiches que suelen calificarse como “intimistas”, alusiones directas a lugares violentos y plagados de historias. Y el tercer dispositivo claramente utilizado son las codificaciones del retrato como signo y señal interpretable. Reveladas estas tres estrategias, cabe señalar que han favorecido en la aceptación de su trabajo y no en vano correspondiendo a consecuencias de la época, el modo en que esta pieza funciona en cuanto obra, se explica en cómo estas referencias anecdóticas, pero evocativas, intervienen en la concepción y quizás en la creación de un mundo.
Un segundo recurso es la presencia de la obra artística a través de entornos y objetos de fuerte resonancia connotativa: cartas, fotos, objetos evocativos de recuerdos, objetos fetiches que suelen calificarse como “intimistas”, alusiones directas a lugares violentos y plagados de historias. Y el tercer dispositivo claramente utilizado son las codificaciones del retrato como signo y señal interpretable. Reveladas estas tres estrategias, cabe señalar que han favorecido en la aceptación de su trabajo y no en vano correspondiendo a consecuencias de la época, el modo en que esta pieza funciona en cuanto obra, se explica en cómo estas referencias anecdóticas, pero evocativas, intervienen en la concepción y quizás en la creación de un mundo.
Referencias:
Bachelard, Gaston (1957). La poétique de l’espace, París: P.U.F.
Romero, Puelles (1999) Interiores del alma: Lo íntimo como categoría
estética. Concepciones y narrativas del yo. THÉMATA núm. 22. Málaga.
Nietzsche,
Friederich (2003) Así habló Zaratustra. Ed. Alianza. Madrid.
LINK A LA OBRA DE SEBASTIAN RESTREPO: http://elresidir.org/?p=1005
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