viernes, 3 de noviembre de 2017

David Nebreda: Entrevista con Virginie Luc



Virginie Luc es una periodista y ensayista conocida en el mundo de la "comunicación" por haber entrevistado a personajes como el Dalai Lama, Stephen Hawking, Bill Gates, artistas como Damien Hirst, Robert Rauschenberg, entre otros. Ha publicado libros y textos para medios como Time, The Sunday Times , Stern, Paris Match, así como documentales para la National Geographic. 
A continuación comparto un fragmento de la entrevista  (nada afable) realizada a David Nebreda, artista español diagnosticado con esquizofrenia desde los 19 años cuya obra tanto polémica como desgarradora ha suscitado una cantidad de reacciones y críticas a nivel internacional. 

***

V.L.- ¿Como nació su búsqueda artística?

D.N.- Mi búsqueda personal es simple. Yo no he adquirido un sistema de normas mentales, sociales, etc., y desde muy joven he debido construirlas a partir de mi mismo. He pagado mi precio, pero estoy orgulloso de ello. He pasado por varios sistemas de recreación o desdoblamiento, y el meno malo me parece el autorretrato fotográfico y dibujado. Sobre todo el primero tiene unas características de verosimilitud, de plasticidad y de tiempo casi paralelas a un esquema mental convencional, y procuro aprender de ellas.

V.L.- El carácter violento de su obra artística ¿es una respuesta a la violencia de nuestra sociedad? ¿De donde viene?

D.N.- La violencia no necesita ninguna explicacion o justificaciòn; es un argumento cultural e irrenunciable. La medida humana es un hecho insuficiente y violento, siempre insuficientemente violento; con un solo matiz, el silencio y la reducción a si mismo. Me parece que así se hace inteligente. La disciplina es inteligente, el pensamiento a partir del odio es una actividad madura, fértil y discreta; en una situación de aislamiento con resultado de lesiones o de muerte, la violencia solo es la trampa de un lenguaje olvidado. Desgraciadamente, he conocido diferentes formas de tranquilidad, y podríamos hablar de la extrema violencia de la tranquilidad. De todas formas, una cosa es el discurso sobre la violencia, otra cosa diferente es la sangre o el miedo humano, finalmente nuestra propia sangre y nuestro propio miedo. La violencia solo tiene un interlocutor y un alumno. Es una practica, un discurso, inmediatamente, miserablemente próximo.

V.L.- Cuando Vd. se deja aldelgazar y somete su cuerpo a mutilaciones, se sitúa físicamente en peligro de muerte... ¿No es este un paso extremo en la creación artística?

D.N.- Desde el momento en que no podemos hablar desde la autoridad moral del limite muerte, ningún otros nos parece suficiente ni legitimo. Hay dos hechos de referencia, el nacimiento y la muerte, y entre ello procuramos definirnos por lo que no es, y unas de las cosas que "no es" es la conciencia de la muerte. Pero no sé muy bien que quieres decir Vd. con "creación artística".

V.L.- "Autorretratos" de un cuerpo en el limite con la muerte...¿Fotografiando esta "desaparición" no "sacraliza" ud. el material humano?

D.N.- Tendríamos que discutir el termino"sacralizar", porque me parece que intenta Vd. desposeerme de mi reponsabilidad ante mi mismo. La inconsistencia del "material humano", como Vd. le llama, le convierte en una cierta forma eterna de estar en el mundo, pero también en un tributo doloroso y humillante. Observe que Vd. identifica "sacralizaciòn" con "desaparición", mas exactamente con "desaparición progresiva". Podríamos discutir como se adquiere la categoría de "sagrado".

V.L.- ¿Como se prepara ud. para estos "sacrificios artísticos"?

D.N.- Imagino que se refiere Vd. a las condiciones generales por las que puedo llegar a hacer una serie coherente de fotos. Hasta ahora, la condición común a sido el aislamiento y la concentración rigurosos y muy prolungados. Me parece importante esta aclaración, porque el sistema de referencias, la capacidad para hacer algunas cosas, el sometimiento inconsciente al prejuicio, varían completamente con o sin la presencia de un simple testigo, físico o mental. Una vez alcanzada la situación favorable, la revolución de una foto compleja, el dolor, etc...ya no son problema. Tendríamos que utilizar otro tipo de lenguaje.

V.L.- La envoltura carnal es un material efímero. ¿Esta brevedad es importante para Vd.?

D.N.- De nuevo su prejuicio trascendentalista! Me parece que la brevedad de la envoltura carnal es mas importante para Vd. que para mi.

V.L.- ¿Que es lo importante para Vd.? ¿La "herida" en si misma o la representaciòn fotográfica de la herida?.

D.N.- Ni una ni otra. No soy un masoquista ni un fotógrafo de heridas.

V.L.- La foto es un suporte reproducible: rompe Vd. así con el carácter único de la obra pictórica...¿Es éste un aspecto importante a sus ojos?

D.N.- En absoluto. Obra única y edición limitada son la misma cosa.


V.L.- Usted mezcla sus propios elementos orgánicos, como la sangre, la carne o los excrementos con elementos litúrgicos (textos, tela-sudario, crucifijo). ¿Se puede leer una dimensión bíblica en todo ello?

D.N.- Yo he pasado varios años encerrado en una casa pequeña. Todas mis fotos las he hecho en un espacio muy pequeño. Ese es nuestro limite sobrenatural. Yo no he utilizado telas-sudario, sino trapos. Tengo que pensar la forma, la constitución que puedo dar a mi herencia cultural, y para ello no puedo aceptar ningún mito de origen, llamase Dios o Naturaleza. La Biblia y todos sus personajes se escriben con minúscula. Nuestro nombre los convierte en nuestra propia biografía.

V.L.- ¿Se considera Vd. el mártir de su propia obra? ¿Hay en ella una dimensión de redención?

D.N.- No. Mártir o redención supone la estalación en una solidez moral que yo no poseo, y que por otra parte, tampoco puedo aceptar.

V.L.- ¿Que lugar ocupa el rito?

D.N.- Esta respuesta me interesa matizarla, perqué hay una confusión de lenguaje. En psiquiatria se define el rito, mas o menos, como la realización o evitaciòn compulsivas de un acto aparentemente irracional o inocente con vistas a la consecución de un fin, que es la huida de una angustia también irracional. En este sentido puramente clínico es en el que he utilizado esta palabra cuando he tenido que dar explicaciones sobre mi proceso mental y, por añadidura, fotográfico. Hay un método de diagnostico psiquiatrico que diferencia a la neurosis de la psicosis por el grado de culpa con que se realizan estos rituales. Cuanto menor es la idea de culpa o el esfuerzo de evitarlos, mas se deteriora la norma y se tiende hacia la psicosis.
Y así es. este tipo de comportamiento llena por completo la vida diaria del psicotico. todos se llena de actos mágicos y milímetros que se repiten incesantemente con naturalidad, mientras que de forma paralela se instala lo que algunos pueden llamar el sistema delirante propiamente dicho. He escrito en otra parte que el ritual, el procedimiento, proporciona al esquizofrenico una ayuda inapreciable en los peores momentos. De esta forma también lo diferencio del sentido habitual que se da a esta palabra en el medio artístico como ceremonia consciente que emula los ritos religiosos, etc. Me parece que este ultimo sentido está mas próximo al juego infantil, en que los partecipantes, de común acuerdo, tratan de representar un acto adulto, es decir, inofensivamente sagrado.

V.L.- ¿El arte que Vd. practica es un grito en favor de la vida o un arte caído en una fascinaciòn morbosa?

D.N.- Es una pregunta tendenciosa. Se supone que debo dar una justificaciòn, en cualquier caso, sobre mi carácter o bien de enemigo o bien de culpable. Su pregunta es moralista., didáctica. Me parece que lo que Vd. llama "mi arte" no tendrá nunca ningún mensaje. poco antes de la primera presentación publica de mis fotos, una persona recomendó, de forma sincera, destruirlas; después, otras dos personas han llorados antes ellas. Llorar antes una imagen, llorar en una exposición de fotografía. ¿me comprende Vd.? Yo odio el grito y la fascinaciòn; tampoco se exactamente a que llama Vd. vida, muerte o violencia, porque yo solo oigo un mormullo. A todos nos parece que el discurso ya se han desplazado, que el limite moral se ha desplazado, y quizà conviene hablar un poco mas bajo, como el ruido de fondo que casi todo oímos.

V.L.- ¿Cual es, según Vd. la "función" de su obra? ¿Se siente Vd. "investido" de alguna misión?

D.N.- Disculpeme, pero esta es una pregunta característica de una psiquiatra torpe, de qualquieras de ellos. Ya lo he oído varias veces, y, desde luego, un paranoico que me precie jamás le contestará. Como mucho, sonreirá.

V.L.- ¿Tiene Vd. el sentimiento de pertenecer a la historia del arte?

D.N.- Yo soy un hecho histórico, con o sin el consentimiento de la historia. Y la vergüenza será para ella si hay que cambiar la primera frase por la ultima, yo "es" un hecho histórico ante el enemigo universal, devenido por reducción uno mismo.

V.L.- Su arte es hoy instrumento de cambio, valor mercantil. ¿Como vive Vd. esta paradoja?

D.N.- No es ninguna paradoja. Cuando una cosa se muestra adquiere la categoría de lenguaje, de hecho comunicativo que entra por si mismo en un sistema de comunicaciòn y de intercambio, incluido el económico. De todas formas, mis necesidades son reducidas, y me conformo con cubrirlas.



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